Impulsada por el destino, la casualidad o las contracciones de mi madre, llegué a este mundo boca abajo, desnuda y llorando como el bebé que un día fui, nada más y nada menos que un ocho de un ocho de un ochenta y ocho.  Arropada por este número regordito y muy guasón, o era trabalenguas o me dedicaba a algo especial. Por eso me convertí en redactora creativa de buenas agencias de publicidad. Pero crecer es aprender a despedirse, como dijo aquél el otro día, y ahora es momento de avanzar, crecer y trabajar con ♥. Soy viajera, que no turista. Mediterránea. Amante del mar, de andar descalza y pisar el césped mojado. Apasionada de las ideas, de las historias y relatos; del las tres uves dobles, de la creatividad bien hecha y el diseño cuidado; de la moda, del interiorismo y la decoración; de lo simple, humano y bonito.